Nueva Jersey

Por Sandra Acocal Mora

Martes 23 de agosto, 12:15 del mediodía (hora local), aterrizaje en el aeropuerto Newark, Nueva Jersey. El oficial de migración, un hombre afroamericano, después de revisar mis documentos, enojado, me dijo que si no comprendía bien el inglés por qué estudiaría en su país. En la sala de llegadas una mujer de bonitos ojos verdes me esperaba, la doctora Camilla Townsend, mi tutora en mi nueva universidad y el motivo por el que estoy en este país al que jamás planee venir.

            El año pasado hice mi solicitud para ingresar a la Universidad de Rutgers, documentos y más documentos que presentar y un impuesto que pagar, lo que para mí no era nuevo, sabía el proceso porque tuve que hacer algo parecido cuando ingresé y egresé de la Maestría y el Doctorado en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (Ciudad de México). Presenté la carta de comprensión lectora del inglés, algo muy distinto a hablar y escribir, pero además se me solicitó conocimiento de la lengua náhuatl. Entré en crisis cuando empecé a aprender las dos lenguas al mismo tiempo, el inglés a través de YouTube porque no había dinero para pagar cursos, y el nahual vía zoom con un excelente maestro por unos pagos chiquitos.

            Trabajo no tenía, me titulé del doctorado en plena pandemia, diciembre de 2020, solicité por aquí y por allá, hasta me postulé en la CONAFOR para trabajar ordenando el archivo reciente, donde solo pedían preparatoria, su respuesta fue “no cuenta con el perfil”, antes de reírme casi me infarto. En febrero de 2021 conocí vía zoom a la Dra. Camilla, estaba sorprendida porque había leído mi trabajo, creo que ni siquiera mis directores de tesis lo hicieron. Cuando me propuso trabajar con ella siendo la mejor vía haciendo otro doctorado en Rutgers no la pensé ni dos veces, acepté. Y empezó el tramite y los idiomas, en varios momentos pensé que quizá no sería aceptada, el posgrado es internacional y con beca así que es muy solicitado.

            Lo que esperaba era que toda mi experiencia de investigación, las publicaciones, los posgrados en México, mi estancia de investigación en España y mi proyecto de investigación convencieran al comité del doctorado, y así fue. Una carta electrónica del director del posgrado, Paul Hanebrink, llegó el 09 de febrero 2022 dándome la bienvenida y diciendo que me esperaban en otoño.

El problema ahora era, sí, el dinero, pagar el SEVIS, el tramite de la visa, el vuelo, la renta y el depósito de mi habitación de apartamento, las comisiones por depósitos internacionales, los traslados a Ciudad de México para tramites y aeropuerto, etcétera, etcétera (algunos en dólares). Entonces entendía porque la gente migra ilegalmente, que tampoco es que pagué barato, pero en el momento que escribo he rebasado por un tanto lo que cobran los traficantes de personas.

            Y que se me ocurre llevarle a Raúl Juárez (“el pollo”), nuestro presidente, una carta para un apoyo, inocente de mí, nunca tuve respuesta. A la diputada Guillermina Loaiza también le llevé una carta, por lo menos la secretaria de la diputada me llamó para decirme que no me apoyarían, porque ellos tienen sus prioridades. Pienso de manera reflexiva en el trabajo que aparentemente hace “el pollo” y su administración, cuyo propósito sería el bien común, qué pensará él que es el bien común. Tomarse una foto cada día por la rehabilitación de una calle estaría supes en lo años ochenta del siglo XX, pero ahora no.

            Impulsar y financiar concursos de belleza que denigran a las mujeres y refuerzan ideas de supremacía blanca, de cánones occidentales que dictan (en sentido dictatoria) una necesidad de un físico que si no se tiene no se es una persona completamente. Que además sugiere el fracaso de las jóvenes, tan volubles, que llegan a atentar contra su persona y su salud. Y si no échenles un vistazo a los insultos de “pareces indio” o “la gorda”, los trastornos alimenticios, las autolesiones, la ínfima valorización de sí mismos que arrastra a cientos de personas a ser violentadas. Porque alguien que no es calificado como “se desea”, “como bella”, es presa fácil a soportar toda la violencia que se le pueda generar.

            ¿Por qué estoy aquí? Por quiero adquirir y compartir conocimiento, conocer otras formas de pensamiento a través de otras formas de expresar el mundo, tanto en ideas como en lengua. No solo tengo compañeros gringos blancos, también gringos afroamericanos, gringos indígenas (sí también aquí hay indígenas), compañeros de Europa occidental y oriental, africanos, bueno de todos los continentes y las particularidades de eso continentes.

Mañana es mi primer día de clases. Entiendo poco y hablo menos el inglés, habrá días en los que deba llorar por las noches por desesperación, pero llegará el momento en que hablé perfecto y entonces enseñaré a toda esta gente como hacemos Humanidades (Antropología e Historia) chingona en México. Por lo menos en el área que yo trabajo somos buenos en México.

Dormí en el suelo los primeros días hasta que me prestaron un colchón, tuve varias de mis cosas en la maleta hasta que me prestaron un mueble, un compañero me trajo un valioso ventilador, valioso porque tenemos 35°c y un ambiente húmedo, sudamos cada que respiramos. Lo que he comprado es el minúsculo escritorio donde ahora escribo, una impresora, un chip telefónico y comida. Sobre la comida la universidad regala despensas a los alumnos más pobres y yo -que la merezco- he solicitado una (primero me dio vergüenza y ahora me rio). Pero llegará la beca, entenderé mejor la lengua, haré amigos y les hablaré de mi pueblo, San Pablo del Monte. Entonces las cosas serán mejores.

Y estoy aquí gracias a mis padres y a mis hermanos, que de apoco en poco juntamos para venirme. Prometo no avergonzarlos a ellos y seguir siendo la mejor en lo que hago. Y a los que puedan leerme de mi pueblo, a la gente buena, prometo seguir investigando y escribiendo de nosotros en el presente y en el pasado, haciendo Antropología e Historia para nuestro bien común.

Nueva Jersey, Estados Unidos, 06 de septiembre de 2022

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“Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Imaginario Social”.

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