San Pablo del Monte, Tlax., A. Corona.- Lizbeth Gómez y Héctor Luna, son los paramédicos de la ambulancia de este municipio quienes están a cargo de atender los diferentes reportes de la población, mismos que han tenido la loable labor de auxiliar a las personas que han sufrido algún accidente.
En entrevista con este medio de comunicación, explican que en los seis meses que lleva activa la ambulancia municipal, han atendido más de 100 casos entre los que se encuentran atropellados, caídas de tres o cuatro pisos, choques automovilísticos, lesiones en algunas calles, convulsiones, entre otros de menor rango.
Refieren que los accidentes comunes tienen que ver con descuidos, falta de experiencia y cultura al conducir, imprudencia y por que en su mayoría la gente maneja con ciertos grados de alcohol durante su trayecto a bordo de motos, motonetas, bicicletas, coches o camionetas, situación que siempre es un factor de riesgo.
Expusieron que “hay personas que rebasan hacia la derecha y eso no es correcto, se hace a la izquierda y siempre, al llegar a alguna esquina se debe frenar para cerciorarse de que no pasa alguna unidad y luego avanzar, porque casi siempre llegan a las esquinas y sin ver a sus costados, se siguen de frente y es cuando ocurren esos accidentes”.
Secundados por Héctor Cortero y Ricardo Miguel, quienes son los operadores de la ambulancia municipal con capacitación por parte de la Cruz Roja, los paramédicos Lizbeth Gómez y Héctor Luna, emprenden el camino hacia diferentes partes del municipio para auxiliar a quienes lo requieren.
Su trabajo, que consta de 24 por 24 horas, es una tarea con gran responsabilidad pues a pesar de su jornada laboral, también son seres humanos que tienen sus ocupaciones como cualquier persona en lo individual, familiar y social.
“Estamos para servirle a la gente y cada vez que recibimos un llamado por parte de la ciudadanía, nuestra primera encomienda es prepararnos psicológicamente a fin de realizar un buen trabajo, pues siempre debemos tener presentes las habilidades y destrezas para salvar una vida”, coinciden.
Para ello, solicitaron a las personas ser conscientes y entender que aunque tardemos un poco “a veces es porque estamos en otro servicio o estamos lejos de donde sucede el accidente”, pero, contundentes, mencionaron que la principal razón de estar en el servicio noche y día es para responderle a la población lo mejor posible.
La carga de trabajo normalmente son los fines de semana, pues son los momentos cuando las familias tienen fiestas y el consumo de alcohol es desmedido, por lo que recomendaron a las personas que conducen o tienen alguna responsabilidad con su familia no ingerir bebidas embriagantes.
Así, con la vocación manifiesta, cada día que pasa están atentos a las llamadas de emergencia al número 2 82 00 11, para tomar su equipo, encomendarse a Dios y trasladarse al lugar de los hechos pues su labor social va más allá de un recurso económico, es la esperanza de salvar vidas con los riesgos que ello implica.
