Por Oscar Gutiérrez
Hace unos días el Comité Ejecutivo Nacional de MORENA emitió la convocatoria para el registro de los aspirantes a las candidaturas a presidencias municipales, diputaciones locales y en el caso de Tlaxcala, de presidencias de comunidad. En términos generales, la convocatoria no causó mayor sorpresa ni problema en su contenido, y por los tiempos establecidos tampoco es que haya mayor obstáculo. Las fechas límites son el día 7 para presidencias municipales, el 14 para diputaciones locales y el 21 para presidencias de comunidad, fechas todas, de este mes de febrero. Lo que en lo personal me hace reflexionar, es la acotación que hace el partido en su órgano nacional de dirección, de permitir un máximo de cuatro aspirantes a contender en la encuesta que define al mejor posicionado de los aspirantes.
Como todos sabemos, somos más de 4 los aspirantes que estamos haciendo un trabajo activo y notorio para generar apoyo real en las bases de MORENA y la ciudadanía en general. Cada quien según sus posibilidades y herramientas, e inversamente limitados por debilidades obvias, algunos le apuestan desde muy temprano a la compra de voluntades, algunos más, a evidentes notas periodísticas pagadas, impulsadas por un ejército de bots y perfiles falsos en redes sociales, tanto para apuntalar sus aspiraciones, como para denostar hasta límites vulgares al adversario. Como siempre he sostenido, este ejercicio demoscópico, debe ser resuelto considerando también factores que no los genera la publicidad, esto tiene que ver con el rumbo que el partido va a tomar de aquí y aun después de la elección del 6 de junio. Cabe aquí un par de preguntas que todos debemos plantearnos y respondernos ¿Qué pasará con quienes no sean o seamos considerados en la encuesta? Y aun en el supuesto de participar ¿y si no les favorece el resultado?
Las decisiones personales y colectivas en política siempre deben ser respetadas, pero sin duda, estos momentos son también de responsabilidad y madurez política, que derive en unidad, en un cierre de filas en torno a un proyecto que represente verdaderamente los principios de la 4T en Tlaxcala y San Pablo del Monte. No son tiempos de divisiones ni fracturas. Atrás deben quedar adjetivos absurdos y sectarios, todos somos MORENA, algunos somos también lopezobradoristas, quienes hemos acompañado la lucha democrática del Presidente desde tiempos del desafuero en aquel lejano 2005.
El adversario a vencer dentro del marco legal electoral no son los aspirantes a alguna candidatura dentro de MORENA, menos aún de la alianza, sino los de enfrente. Ojala que pronto lo entendamos. Desde este espacio, como lo he hecho desde varios espacios más, hago un llamado a la unidad del partido a todos sus liderazgos y grupos, extiendo mi mano franca y ofrezco mis mejores esfuerzos para seguir generando puentes y espacios de dialogo que hagan menos complicado articular un proyecto ganador en todas las candidaturas. Tlaxcala y San Pablo necesitan aterrizar el modelo de gobierno del cambio y la transformación. No mentir, no robar y no traicionar el pueblo, son compromisos que asumo.
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