Antiguo cementerio municipal de San Pablo del Monte

Por: Sandra Acocal Mora

La Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró en el año 2003 el día de muertos como obra maestra del patrimonio oral e intangible de la humanidad, por ser “una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México”. Y los días de muertos no pueden entenderse del todo si los desligamos de los cementerios, entendidos como necrópolis (“ciudades de los muertos”).

            Los cementerios en México si bien empezaron a surgir en el siglo XVIII, fue en el siglo XIX que toman la forma que conocemos hoy, con fines de sanidad y controlados por el Estado. Pero estos espacios no únicamente empezaron a ser depósitos de los muertos, sino construcciones socialmente hechos por los vivos, tanto en términos materiales como inmateriales. Los cementerios fueron reflejando las relaciones sociales, económicas y políticas de cada sociedad y de cada época.

            El que fuera el cementerio municipal de San Pablo del Monte, ubicado en el barrio de La Santísima, es una de las tantas expresiones del pasado y del presente de la sociedad que lo ha construido. En términos sociales ofrece información demográfica de por lo menos un siglo completo. Analizar los epitafios (las inscripciones grabadas) nos proporciona información cuantitativa, por ejemplo, conocer el sexo y la edad de los difuntos nos lleva a darnos cuenta el grado de mortandad de unos y de otros, en un pueblo que en la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX carecía de acceso a la salud.

La mortandad materna (por causas de parto) debió ser alarmante, y lo mismo sucedía con la mortandad infantil, recordemos tan solo que la erradicación de la viruela se logró apenas en la primera mitad del siglo XX. Las consecuencias del movimiento armado de la revolución mexicana en San Pablo se pueden conocer también analizando los referidos datos cuantitativos en una gráfica.

En términos económicos el sistema de clases sociales se refleja bien en cada uno de los panteones (tumbas o sepulturas), desde la construcción de capillas, cercos de hierro o aluminio, tendidos de granito y marcos de cemento. Aunado a las distintas decoraciones de azulejos, esculturas y tipos de cruces. Todos nos hablas de una inversión monetaria, pero además de etilos constructivos propios de la comunidad o de la región, acorde al gusto y la experiencia constructiva de los pobladores, quienes a principios y mediados del siglo XX dejaron de ser campesinos para convertirse en obreros.

En términos políticos el cementerio de La Santísima expresa el cambio del control sobre los muertos que tuvo alguna vez la iglesia y que después paso a tomar el Estado. Por ahora no conocemos en qué momento el atrio de la parroquia de San Pablo Apóstol dejo de ser camposanto, ni tampoco sabemos si el cementerio de La Santísima paso inmediatamente a sustituirlo, y si es que fue así, la pregunta es ¿el cementerio de La Santísima estuvo alguna vez controlado por la iglesia y con la ley de secularización de 1859, emitida por el entonces presidente Benito Juárez, pasó a manos del Estado?

Para estudiar todo lo hasta aquí dicho el cementerio es fundamental como fuente de información, que es necesario cotejar y complementar con otras fuentes como los documentos del Archivo Parroquial, los documentos del Archivo del Registro Civil y los documentos y las fotografías familiares. Sin embargo, el cementerio no solo ofrece información del pasado, sino también del presente.

Es en el cementerio donde se efectúan parte de los rituales mortuorios. Entre los que se cuentan el acompañamiento de los familiares y amigos para despedir al difunto; en ocasiones representa el primer acercamiento de los niños con la muerte; es en la fosa donde se depositan las pertenencias necesarias para el trayecto de la muerte; el ambiente expresa el dolor colectivo por la pérdida del ser querido y se intenta mantener la calma con el apoyo mutuo, y claro con los tragos de tequila y el humo del cigarro.

El cementerio es hasta cierto punto un espacio sagrado porque resguarda los restos de los ancestros y de los antepasados (sean niños o adultos) de todos los linajes de la comunidad. Por lo que es siempre un lugar de tránsito. Y la concurrencia los días de muertos crean verdaderas postales del recuerdo, con familias completas que acuden a enflorar. La declaratoria de patrimonio cultural inmaterial del día de muertos no puede entenderse del todo sin esta dinámica en los cementerios.

Los argumentos que hasta hoy se han dado para “dignificar” el cementerio, lo que se ha expresado como una modificación parcial, quitando aquellos panteones que no tiene mayor relevancia, según su opinión, resultan poco sólidos. Se sostiene que el cementerio es una fuente de infección, lugar abandonado y espacio para delinquir. Por supuesto que son temas necesarios de atender, pero pueden subsanarse, tiene una solución. Y la responsabilidad si bien es de los ciudadanos, también lo es del ayuntamiento, no únicamente de esta administración sino de todas las pasadas, que no la asumieron como tal incluso antes de la clausura.

Ahora se espera la revisión por parte de las autoridades del centro regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia para la emisión de un dictamen que permita la continuidad de los trabajaos para eso que llaman “dignificación”. Y así continuar con lo que se había iniciado semanas pasadas, la destrucción de los panteones o tumbas que en opinión de los involucrados en el proyecto carecen de importancia.

El cementerio es importante en su conjunto. Por lo tanto, la opinión de una autoridad municipal o estatal para decidir que panteones debe o no destruirse para dicha “dignificación” resulta complicado de comprender. No solamente porque se estaría mutilando el cementerio y con ellos destruyendo información histórica, arqueológica y antropológica, sino porque se estarían violentando, y totalmente de frente, a la memoria, a los ancestros, a los antepasados y los derechos culturales de los pobladores.

¿Acaso no hay otros espacios en San Pablo para crear un parque?

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“Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Imaginario Social”.

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