Agustín CORONA
El Día de la Santa Cruz es una fecha especial para los maestros de la construcción, albañiles principalmente, quienes ponen en pausa los trabajos para dar paso a la colocación de la cruz en las viviendas en obra negra.
Así, desde temprana hora en diferentes parroquias o capillas de las comunidades, así como en pozos de agua potable, se realiza una misa en honor a este día para bendecir las cruces.
Este día se detienen los trabajos con el objetivo de celebrar esta festividad al colocar la cruz de madera con un moño o listón blanco, arreglos florales, así como adornos de papel china de colores verde, blanco y rojo, además de carrizos y, en algunos casos, se truenan cohetes.
El tres de mayo, conocido también como el Día del Albañil, es buena oportunidad para los maestros de la construcción de convivir, siendo el platillo principal las carnitas, mole, pollos rostizados o cualquier otro alimento acompañado de refrescos, tequila, cervezas y hasta pulque.
Aunque en otros casos no se realiza un convivio, es un día en donde se deja de trabajar y se da paso a la colocación de la cruz, agradeciendo el trabajo diario y pidiendo por el cuidado durante la edificación para no sufrir algún accidente pues las inclemencias del tiempo, el cargar bultos de cemento, ladrillos, blocks, grava, excavar en la tierra, mezclar el concreto, resistir el polvo del cemento, de la arena y cal, entre otros, siempre trae consigo un riesgo de trabajo.
Según el santoral católico, la festividad de la Santa Cruz, que se refiere a la cruz de madera donde murió Jesús de Nazareth, se celebra el tres de mayo porque justo en esta fecha, pero en el año 326, fue cuando se encontró dicha reliquia sagrada.